El esfuerzo económico que afrontan las familias con la vuelta al cole es “titánico”. Según la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) 1890€ es lo que gastaron de media las familias el año pasado en material para la vuelta a las aulas. Este 2022 se prevé que el gasto será mayor, ya que por una parte los materiales escolares han subido de precio, y por otra cada vez son más los dispositivos electrónico requeridos en la educación.
Asegurar los dispositivos escolares
Estos aparatos (calculadoras electrónicas, relojes inteligentes, ordenadores portátiles y tabletas hiperconectadas…) tienen un alto valor económico, no son utensilios que se puedan reemplazar sin hacer un desembolso importante. Y sin embargo, en los centros escolares y en manos de l@s niñ@s, están expuestos a múltiples riesgos. Por eso, cada vez son más familias las que contratan un seguro para la cartera escolar de sus hij@s. Se trata de pólizas económicas que salvaguardan el coste en caso de rotura, avería o robo de los instrumentos electrónicos.
Seguros adaptados
El sector del seguro diseña productos, pólizas y coberturas que permiten “el aseguramiento de objetos de un determinado valor mínimo y que están sometidos a riesgos importantes”, tal y como señala la patronal aseguradora UNESPA. La cobertura de este tipo de productos va desde la rotura por golpes o caídas, hasta el robo o incluso la pérdida de estos objetos. Son amplias coberturas que nunca encontraremos en la garantía de dos años que tienen los dispositivos nuevos, que únicamente cubren las anomalías que puedan atribuirse a defectos de fabricación.
Algunos de estos seguros, pueden incluso cubrir daños, pérdidas y robos de otro tipo de material escolar de cierto valor, así como otros utensilios utilizados por los jóvenes estudiantes, como gafas o relojes.
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